Quizas os estéis preguntando que son estos pigmentos y por qué os los traigo hoy, bien, pues primero os voy a dejar una breve definición de estos y luego os explicaré el por qué.
Los pigmentos termocromáticos son pigmentos compuestos por micro cápsulas en los que el color cambia de una manera reversible, que al calentarse cambian de color y al enfriarse vuelven a su color inicial o irreversibles, que cambian de color permanentemente con el incremento de temperatura y por lo tanto no vuelven a su color original cuando disminuye la temperatura.
El seleccionar un tipo y otro de cambio, dependerá de la aplicación final deseada.
Estos pigmentos se pueden mezclar en bases: Agua, Solvente, Curado UV, Plastisol y Epóxica.
Para el diseño de una botella utilizaríamos una base solvente o epoxi, porque son las que mejor mantendrían el color de los pigmentos que estarán expuestos a diferentes condiciones de luz, temperatura y humedad.
Bueno, ahora que ya sabéis un poco de estos, os diré que sus aplicaciones pueden ser en: pinturas, plásticos, tintes, tintas, juguetes, accesorios, etc.. Lo cual quiere decir que podríamos utilizarlos en el etiquetado o en el packaging de un producto dejando a nuestro cliente con la boca abierta, aunque si bien es cierto que actualmente son un poco caros, si disponemos de un presupuesto abierto o nos piden que los sorprendamos, esta sería una gran idea a mencionarles.
Algunos ejemplos de utilización de estos pigmentos termocromáticos en packaging son:
Aunque para ser sincera, no solo existen este tipo de pigmentos inteligentes, también existen otros como los fotocrómicos, los fluorescentes, los magnéticos, etc.. El mundo de los pigmentos es muy amplio al igual que la tecnología en artes gráficas, que, como podemos ver, va en aumento.
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